¿Qué hace que funcione bien una pareja?
10/12/2019
Claves para el cuidado de la pareja
No hay una fórmula mágica, pero sabemos que hay ciertas actitudes y conductas que favorecen su buen funcionamiento. En este artículo hablamos de aquello que sabemos que ayuda a cuidar nuestra relación, de cómo dedicarnos tiempo y espacio cuando aparecen los hijos y de algunas tareas que nos pueden ayudar a ponerlo en práctica.
ENTONCES, ¿QUÉ HACE QUE FUNCIONE BIEN UNA RELACIÓN DE PAREJA?
Respetarse Solo con honrar y respetar a nuestra pareja, y nuestra pareja a nosotros, resolveríamos adecuadamente el 90% de los problemas que se presentaran en la pareja. Todas las parejas tienen diferencias en cuanto al modo de entender y hacer las cosas, y aunque esas diferencias sean irresolubles, no tenemos que dejar de respetar al otro. ACEPTAR al otro incluso en las diferencias evitaría grandes males (desaires, críticas, insultos, amenazas…). Las parejas que se respetan todos los días, que se preocupan por entender que el otro es digno aprecio y honra, que se esmeran en cuidar sus modales y conductas, suelen conseguir una mejor convivencia, mayor placer en sus relaciones y una mayor felicidad en sus vidas. Si como padres queremos que nuestros hijos sean amables y respetuosos con las personas de su entorno, debería existir cierta congruencia entre nuestro comportamiento y los valores que queremos transmitir.
Mostrar afecto Se trataría de ser buenos amigos y generar conductas afectuosas hacia el otro, es decir compartir pequeños detalles de cuidado en la vida cotidiana: comentar cómo les ha ido durante el día, cómo han estado los niños, se hacen el postre favorito, cuidan del otro cuando está enfermo, le consuelan cuando algo le atormenta, se escuchan cuando el otro le recrimina sabiendo que lo hace para mejorar la relación y no para ofenderle. Y siguiendo lo comentado anteriormente en cuanto al respeto, si queremos educar a nuestros hijos en el cariño, hay que empezar demostrando nuestro afecto por la pareja y a su vez ser cariñosos con nuestros hijos para que crezcan en un entorno sano y favorable.
Pedir perdón Cuando nos equivocamos, sería razonable y práctico que rompamos el hielo del enfado o el silencio mutuo, pidiendo perdón si nos hemos equivocado o iniciando simplemente la conversación sobre lo ocurrido. Igualmente, si nos hemos equivocado con nuestros hijos, lo mejor es reconocerlo y explicarles lo que nos ha pasado. Así ellos podrán ver y aprender a reconocer sus fallos y asumir la responsabilidad ante ellos.
Expresar quejas o críticas adecuadamente Facilita la convivencia cuando algún comportamiento del otro nos molesta decirlo de forma directa, sin faltar al respeto ni generalizar. Y la pareja, desde una posición de escucha no lo interpretará de forma personal, ni manteniéndose a la defensiva ni respondiendo agresivamente. (Ej.: “Hoy se te ha olvidado tirar la basura”, en vez de: “Eres un desastre siempre te olvidas de tirar la basura”. “Tienes razón, la tiraré ahora”, en vez de: “Tu sí que eres un desastre, siempre estás igual, la próxima vez la tiras tu”)
Disfrutar del tiempo juntos Conocerse, saber cómo es el otro, que le gusta, que desea, que le preocupa, es cuidar la amistad en la pareja, preservando un sentimiento positivo del otro y nos hará ver la relación de forma positiva y optimista. Lo mismo pasa con nuestros hijos, a pesar de los malos momentos que podamos pasar junto a ellos, los queremos de forma incondicional lo que nos lleva al equilibrio y a aceptarles tal y como son.
Recuerdos positivos Mirar atrás con afecto, recordando los aspectos positivos, valorando los esfuerzos para superar los malos momentos, el apoyo que nos dimos, cómo nos conocimos, anécdotas divertidas que hemos vivido (Cuando las parejas van mal, se reescriben para peor) Buenos momentos vividos en familia, junto nuestros hijos.
Consultarse las cosas Aceptar la influencia de nuestra pareja, dejarse influir por sus comentarios compartiendo el control y el poder con ella. Enfrentando las emociones y respetando los sentimientos ajenos y los propios. Esto nos hará mejores padres, nos ayudará a conocer mejor a nuestros hijos y sus problemas.
Mantener la calma Responder de forma respetuosa aun cuando nuestra pareja se exprese de forma irrespetuosa o culpabilizadora, requiere un gran control emocional. De este modo, además de cuidar la relación, enseñamos a nuestros hijos a manejar la frustración. Y es que las personas emocionalmente estables no se dejan llevar por la ira o el enfado extremo ante la mínima contrariedad.
Enfrentar las dificultades Las parejas felices hacen frente a las quejas o críticas escuchando, demostrando al otro que nos importa, y si estamos de acuerdo con los que nos ha expresado, intentaremos hacerle la vida más fácil no cometiendo ese error demasiadas veces más. Si no estamos de acuerdo, le daremos nuestro punto de vista para poder negociarlas. Igualmente, frente a las quejas que nos puedan hacer nuestros hijos o nosotros a ellos, que sepan que si hacen algo que no nos gusta se lo podremos comentar y discutir tranquilamente.
CUIDANDO EL TIEMPO LIBRE EN PAREJA
Es imprescindible cuidar los espacios lúdicos de la pareja después del nacimiento de los hijos, porque a veces la parentalidad se come a la conyugalidad. Debemos evitar que el espacio de encuentro de la pareja se convierta en un espacio para tratar los temas domésticos o particularmente los que tienen que ver con los hijos.
1. Presta una atención especial a tu pareja en los primeros 10 minutos de la mañana y en los 10 primeros minutos en los que os veis tras volver del trabajo. Esto puede hacer que las cosas mejoren muy rápidamente. Basta con ser más cariñoso, preguntar cómo ha ido el día, abrazar y besar a tu pareja de forma especial y, en definitiva, ser afectuoso.
2. Ten amplitud de miras y gana perspectiva. Para lograr esto: piensa cómo sería tu vida si tu pareja desapareciera. Así te darás cuenta de lo mucho que la quieres y lo mucho que te aporta. Esto te ayudará a ver cuánto significa para ti.
3. Presta atención a los argumentos de tu pareja cuando surja un conflicto. Trata de comprender su punto de vista. Las personas que son capaces de entender el problema desde la otra perspectiva son más propensas a lograr que la relación se mantenga en el tiempo.
4. El amor consiste en decir “sí”. Recuerda que nadie es perfecto. Las decepciones son naturales, pero siempre hay que aceptar los errores, y prestar ayuda cuando sea necesario.
5. Presta atención a las cosas mundanas que dice tu compañero. No todo en la vida es excitante, pero muchas veces tenemos la necesidad de expresar nuestras vivencias cotidianas, y lo que menos nos gusta es que nuestra pareja pase de lo que le estamos contando. Cuando las parejas muestran interés en los aspectos cotidianos de la vida, también son más fuertes y superan las dificultades con mayor facilidad. El amor reside en lo cotidiano.
TAREAS PARA CASA….
LA CELEBRACIÓN: hacer una celebración especial por haber cumplido los acuerdos a los que habéis llegado.
CREAR SÍMBOLOS: entrañables cuya presencia provoque o suscite momentos positivos.
SORPRESA AGRADABLE: durante la próxima semana sorprende a tu pareja con algo agradable pero sutil.